El agua es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Cada célula de nuestro cuerpo necesita del agua para funcionar de forma adecuada. De ahí la importancia de mantenerlo bien hidratado, sobre todo en épocas de calor.
Es una bebida fundamental para que todos los procesos de nuestro organismo funcionen de forma adecuada. Beber agua permite una buena hidratación, algo esencial para mantener la salud física y mental a cualquier edad.
El agua es el componente esencial de nuestro cuerpo. Beber agua favorece la digestión y combate el estreñimiento, alivia el cansancio y los dolores de cabeza, ayuda a perder peso, es un buen aliado en muchas afecciones comunes, como el resfriado o la gripe, mejora el estado de ánimo y favorece la salud de nuestra piel.
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No esperes a tener sed para beber agua.
Hazlo frecuentemente. Con todo esto, cabe destacar que algunas de las funciones que cumple el agua en nuestro organismo son:
- Regula y mantiene la temperatura corporal.
- Posibilita el transporte de los nutrientes a las células.
- Elimina los desechos a través de la orina, la transpiración y las evacuaciones intestinales.
- Lubrica y amortigua las articulaciones.
- Protege los tejidos sensibles.
La falta de líquido puede producir deshidratación haciéndote sentir más cansado y con falta de energía, entre otras consecuencias para tu salud.
Es difícil establecer la cantidad exacta de agua que debe consumir una persona al día, ya que las necesidades pueden variar en función de factores como la actividad física, el clima o la edad.
Se recomienda la ingesta de unos 2 litros de agua al día. Esta aportación la obtenemos, no solo bebiendo líquidos (básicamente agua, pero también leche, infusiones, sopa, zumos, etcétera), sino también a través del agua que contienen algunos alimentos sólidos que consumimos a lo largo del día, como la fruta y las verduras.
Es aconsejable tomar un vaso de agua al levantarnos y al acostarnos.
El organismo de una persona adulta cuenta con un 60% de agua. Los niños y las personas mayores son los colectivos más propensos a sufrir deshidratación, por lo que es importante que siempre tengan agua a su alcance.
Además, si hacemos ejercicio o salimos a caminar, es recomendable evitar las horas de máximo calor, protegerse del sol y llevar siempre una botella de agua. Hay que hidratarse antes, durante y después de realizar ejercicio físico y, aunque estemos en reposo, debemos beber agua también si el ambiente es especialmente caluroso.
