La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia que ocasiona pérdida de la memoria y deterioro cognitivo. Esta enfermedad representa la primera causa de demencia a nivel mundial.
Dentro de los factores de riesgo que pueden ejercer influencia en el desarrollo de la enfermedad se ha evidenciado que los factores de riesgo de tipo vascular son los más relevantes en cuanto a prevención se refiere ya que pueden modificarse, y es aquí donde juega un papel muy importante adoptar hábitos saludables, que incluyen una alimentación sana y balanceada tanto para la prevención como para el tratamiento de pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Estudios recientes han demostrado relación entre obesidad y demencia, pero aún faltan estudios a largo plazo que corroboren esta relación.
Una alimentación con un alto consumo de grasas saturadas y grasas trans aumentan el riesgo a padecer estas enfermedades cerebrales porque son aterogénicas, aumentan la rigidez de los vasos sanguíneos, disminuyen la permeabilidad y la fluidez a nivel de las membranas cerebrales. En los alimentos este tipo de grasas están presentes en mayor proporción en las carnes rojas y los lácteos, los alimentos procesados que contienen grasas trans también son formadoras de placa de ateromas, por lo que se debe limitar su consumo.
Se recomienda
el consumo de ácidos grasos poliinsaturados como los aceites de semillas y especialmente los monoinsaturados como el aceite de oliva ya que previenen la formación de placas de ateroma, se deben incluir en la alimentación diaria.
La dieta mediterránea
se reconoce como la dieta ideal porque está basada en un elevado consumo de verduras y frutas, cereales y legumbres, para la preparación de los alimentos se utiliza aceite de oliva, con un consumo regular de pescados y frutos secos, y poca ingesta de carnes rojas.
Se recomienda incluir alimentos con alto contenido de ácido fólico, como vegetales de hojas verdes (brócoli, coles, espinacas), legumbres como habas, arvejas, guisantes, frutas cítricas y melón.
Alimentos ricos en vitamina B6
como los vegetales verdes, frijoles, granos enteros, cambures o bananas, frutos secos y batatas.
Alimentos con alto contenido en vitamina B12
como leches vegetales, cereales, carnes magras y productos lácteos descremados. En las personas mayores de 50 años generalmente disminuye la concentración de vitamina B 12 por lo que se recomienda la suplementación.
Se debe incluir en la alimentación proteínas de origen animal que incluyan carnes blancas, pescado azul, huevos y leche preferiblemente descremada, carnes rojas un máximo de 2 veces por semana.
Carbohidratos como papas, legumbres, pastas deben ser incluidas en la dieta diaria sin abusar.
Una alimentación sana y equilibrada es ideal para prevenir la aparición de esta enfermedad, y en pacientes con Alzheimer se hace aún más necesario seguir las recomendaciones alimentarias para evitar deficiencias nutricionales.
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Dra Liliana Pernia
Médico Nutrólogo.